- Copia de nuevo el texto sustituyendo las palabras subrayadas por una palabra sinónima.
- Copia las palabras en negrita y escribe un antónimo de esa palabra.
LAS
REFLEXIONES DE UN NÁUFRAGO
Así amaneció mi octavo día en el mar. Fue
una mañana tempestuosa. Si hubiera llovido no hubiera dispuesto
de fuerzas para recoger el agua.
Pero sentía que la lluvia me habría tonificado. Sin embargo, no cayó ni una
gota, a pesar de que la humedad del aire era como un anuncio de la
lluvia inminente.
Además, el mar seguía picado al amanecer y
no se calmó hasta después de las
ocho de la mañana. Pero entonces salió
el sol y el cielo recobró su color azul intenso.
Completamente agotado, me incliné sobre la
borda y tomé varios sorbos de agua de mar. Ahora sé que es conveniente
para el organismo. Pero entonces lo ignoraba, y solo recurría a ella
cuando me desesperaba el dolor en el
cuello.
Después de siete días sin tomar agua, la
sed es una sensación distinta; es un
dolor profundo en la garganta, en el esternón y especialmente debajo de
las clavículas. Y es la desesperación de la asfixia. Por eso, el agua de mar me
aliviaba el dolor.
Finalmente, esa mañana, cuando cesó la brisa, la superficie del agua
se volvió metálica y la balsa se deslizó suavemente
en línea recta. El viento tibio me reconfortó el cuerpo y el espíritu.
Es muy bueno y pone las cosas que vamos a dar en el tema
ResponderEliminar¡Hola Marcos! Me alegro mucho de que te guste el blog. Espero que lo utilices mucho. ;)
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