martes, 24 de octubre de 2017

RELACIONES DE PALABRAS: CAMPOS SEMÁNTICOS, CAMPOS ASOCIATIVOS Y FAMILIAS DE PALABRAS


VAMOS A REALIZAR LA SIGUIENTE ACTIVIDAD EN GRUPO. CADA GRUPO RECIBIRÁ TRES DADOS DE LOS STORY CUBES.

1. PONEOS DE ACUERDO AL NOMBRAR LAS IMÁGENES DE LOS DADOS.

2. UNA VEZ QUE LAS HAYÁIS NOMBRADO, FORMAD EL CAMPO SEMÁNTICO DE CADA PALABRA.

3. AHORA, FORMAD LA FAMILIA DE PALABRAS DE CADA PALABRA.

4. DE MANERA INDIVIDUAL, CADA MIEMBRO DEL GRUPO DEBE CREAR EL CAMPO ASOCIATIVO DE CADA UNA DE ESAS PALABRAS.

5. POR ÚLTIMO, ELABORAD UNA MICRORRELATO QUE CONTENGA UN CAMPO SEMÁNTICO O UNA FAMILIA DE PALABRAS DE LAS QUE HABÉIS CREADO. UN EJEMPLO DE MICRORRELATO ES EL SIGUIENTE:




¡¡¡VENGA, CHICOS, LO HARÉIS GENIAL!!!

lunes, 23 de octubre de 2017

LA DESCRIPCIÓN: DESCRIBIMOS A AQUELLAS PERSONAS QUE QUEREMOS

En este mapa conceptual, vamos a repasar las características generales de la exposición:




En el siguiente texto, vamos a observar una descripción de una persona. Lo leeremos y responderemos a las preguntas.


Para comenzar, Don Cayetano era un viejecillo de setenta y seis años, vivaracho, alegre, flaco, seco, de color de cuero viejo, arrugado como un pergamino al fuego. Además, el conjunto de su personilla recordaba, sin que se supiera a punto fijo por qué, la silueta de un buitre de tamaño natural. Sin embargo, según otros, más se parecía a una urraca, o a un tordo encogido y despeluznado. Parecía ser una buena persona.

En segundo lugar, usaba sombrero de teja de los antiguos, largo y estrecho, de alas muy recogidas. Asimismo, como lo echaba hacia el cogote, parecía que llevaba en la cabeza un telescopio. También solía vestir traje de chaqueta negro con camisa blanca y corbata negra. Según él, era una manera de vestir muy elegante.

Finalmente, su boca era tan pequeña como una aceituna y cuando la cerraba, casi no se veía. También, era miope y corregía el defecto con gafas de oro montadas en su nariz larga y corva. Por último, detrás de los cristales, brillaban unos ojuelos inquietos, muy negros y muy redondos.  
   

                                                                                               La Regenta, Leopoldo Alas Clarín.

  1. ¿Qué tipo de texto es? Justifícalo.
  2. ¿Qué orden sigue este texto? Explícalo.
  3. ¿ Es subjetivo u objetivo? Justifica por qué ampliamente.


martes, 3 de octubre de 2017

SUBGÉNEROS NARRATIVOS

En este mapa, podemos ver los diferentes subgéneros narrativos.


Vamos a leer este texto e intentaremos averiguar a qué subgénero narrativo pertenece.

De pequeño me gustaba el circo. Me encantaban los espectáculos con animales y el animal que más me gustaba era el elefante. Me impresionaban sus enormes dimensiones y su fuerza descomunal. Después de la función, al salir de la carpa, me quedaba extrañado al ver el animal atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que le aprisionaba una de las patas. La cadena era gruesa, pero la estaca era un ridículo trozo de madera clavado a pocos centímetros de profundidad. Era evidente que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo también podía tirar de aquel minúsculo tronco y huir.
—¿Por qué no la arranca y se escapa? —pregunté a mis padres.El elefante encadenado, el cuento de Jorge Bucay
Me contestaron que era porque estaba amaestrado. La respuesta, sin embargo, no me satisfizo. «Si estaba amaestrado, ¿por qué lo tenían atado?». Pregunté a parientes y maestros y pasó mucho tiempo, mucho, hasta que alguien que resultó ser un sabio me dio una respuesta convincente: «El elefante del circo no se escapa porque está atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño ».

Entonces me imaginé el elefante recién nacido y atado a una estaca. Seguro que el animal tiró y tiró tratando de liberarse. Debía terminar el día agotado porque aquella estaca era más fuerte que él. Al día siguiente debía volver a probar con el mismo resultado y al tercer día igual. Y así hasta que un día terrible para el resto de su vida, el elefante aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Desde entonces, el elefante tenía grabado el recuerdo de su impotencia. Y lo que es peor, nunca más volvió a cuestionarse ese recuerdo y nunca más volvió a poner a prueba su fuerza.

A menudo a las personas nos pasa lo mismo. Vivimos encadenados a estacas que nos quitan libertad. Pensamos que «no podemos» hacer tal cosa o tal otra sencillamente porque un día, hace mucho tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. Entonces nos grabamos en la memoria este mensaje: «no puedo y no podré nunca». Esta creencia autoimpuesta nos ha limitado desde entonces y no la hemos cuestionado más.