lunes, 27 de noviembre de 2017

NOS CONVERTIMOS EN ACTORES DE TRAGEDIA, COMEDIA Y DRAMA O TRAGICOMEDIA.

Vamos  a representar pequeños fragmentos de distintas obras de teatro que pertenecen a cada uno de los subgéneros teatrales que hemos visto. Una vez que las hayamos representado, contestaremos algunas preguntas sobre ellas.


 TEXTO 1: FRAGMENTO DE TRES SOMBREROS DE COPA. AUTOR: MIGUEL MIHURA.


Tras siete años de  noviazgo, Dionisio, un joven de veintisiete años, va a casarse con Margarita, una «virtuosa señorita» de veinticinco. La noche previa a la boda se hospeda en un hotel donde conoce a Paula, una atractiva chica de dieciocho años (aproximadamente, ya que no conoce su edad) de la que se siente especialmente atraído. La muchacha trabaja en un circo y al día siguiente debutará en el Nuevo Music-Hall. A lo largo de la obra, Dionisio descubre por medio de Paula una manera distinta de vivir, de entender el mundo y de alcanzar la felicidad y se enamora de ella.  Sin embargo, Dionisio no se atreverá a cambiar de vida, y opta por casarse con su novia de siempre.


DIONISIO.- (La besa nuevamente.) ¡Paula! ¡Yo no me quiero casar! ¡Es una tontería! ¡Ya nunca sería feliz! Unas horas solamente todo me lo han cambiado... Pensé salir de aquí hacia el camino de la felicidad y voy a salir hacia el camino de la ñoñería y de la hiperclorhidria... 

PAULA.- ¿Qué es la hiperclorhidria? 

DIONISIO.- No sé, pero debe de ser algo imponente... ¡Vamos a marcharnos juntos...! ¡Dime que me quieres, Paula! 

PAULA.- ¡Déjame dormir ahora! ¡Estamos tan bien así...!

(Pausa. Los dos, con las cabezas juntas, tienen cerrados los ojos. Cada vez hay más luz en el balcón. De pronto se oye el ruido de una trompeta que toca a diana y que va acercándose más cada vez. Luego se oyen unos golpes en la puerta del foro.) 

DON ROSARIO.- (Dentro) ¡Son las siete, don Dionisio! ¡Ya es hora de que se arregle! ¡El coche no tardará! ¡Son las siete, don Dionisio! 
(Él queda desconcertado. Hay un silencio y ella bosteza y dice.)

PAULA.- Son ya las siete, Dionisio. Ya te tienes que vestir. 

DIONISIO.- No. 

PAULA.- (Levantándose y tirando la manta al suelo.) ¡Vamos! ¿Es que eres tonto? ¡Ya es hora de que te marches...! 

DIONISIO.- No quiero. Estoy muy ocupado ahora...

PAULA.- (Haciendo lo que dice.) Yo te prepararé todo... Verás... El agua... Toallas... Anda. ¡A lavarte, Dionisio...! 

DIONISIO.- Me voy a constipar. Tengo muchísimo frío... 
(Se echa en el diván acurrucándose.) 

PAULA.- No importa... Así entrarás en reacción... (Lo levanta a la fuerza.) ¡Y esto te despejará! ¡Ven pronto! ¡Un chapuzón ahora mismo! (Le mete la cabeza en el agua.) ¡Así! No puedes llevar cara de sueño... Si no, te reñiría el cura... Y los monaguillos... Te reñirán todos... 

DIONISIO.- ¡Yo tengo mucho frío! ¡Yo me estoy ahogando...! 

PAULA.- Eso es bueno... Ahora, a secarte... Y te tienes que peinar... Mejor, te peinaré yo... Verás... Así... Vas a ir muy guapo. Dionisio... A lo mejor ahora te sale otra novia... Pero... ¡oye! ¿Y los sombreros de copa? (Los coge.) ¡Están estropeados todos...! No te va a servir ninguno... Pero ¡ya está! ¡No te apures! Mientras te pones el traje yo te buscaré uno mío. Está nuevo. ¡Es el que saco cuando bailo el charlestón...! "

TEXTO 2:FRAGMENTO DE BODAS DE SANGRE.AUTOR: FEDERICO GARCÍA LORCA.


El tema en que gira la mayor parte de la obra es el futuro matrimonio que unirá al novio con la novia.  La novia, que guardaba su amor por Leonardo en el olvido, vuelve a despertar cuando ve a Leonardo el día de su boda.
Sin embargo, el novio y la novia se casan, pero al poco rato, la novia y Leonardo se escapan para hacer realidad su sueño de estar juntos. El novio los persigue por el bosque hasta que los encuentra y entonces, en una lucha entre Leonardo y el novio, los dos terminan muriendo.
La novia, que siente que ya no tiene motivo por el que vivir, visita a la madre, no para pedirle perdón sino para que le quite la vida a ella también. La madre, por su parte, no es capaz ni de tocarla, aunque le gustaría hacerlo, pero ya no tiene fuerzas para hacer algo así, el único hijo que le quedaba se ha ido.
Madre: Calla.

Vecina: No puedo.

Madre: Calla, he dicho. (En la puerta.) ¿No hay nadie aquí? (Se lleva las manos a la frente.) Debía contestarme mi hijo. Pero mi hijo es ya un brazado de flores secas. Mi hijo es ya una voz oscura detrás de los montes. (Con rabia, a la vecina.) ¿Te quieres callar? No quiero llantos en esta casa. Vuestras lágrimas son lágrimas de los ojos nada más, y las mías vendrán cuando yo esté sola, de las plantas de los pies, de mis raíces, y serán más ardientes que la sangre.

Vecina: Vente a mi casa; no te quedes aquí.

Madre: Aquí. Aquí quiero estar. Y tranquila. Ya todos están muertos. A medianoche dormiré, dormiré sin que ya me aterren la escopeta o el cuchillo. Otras madres se asomarán a las ventanas, azotadas por la lluvia, para ver el rostro de sus hijos. Yo, no. Yo haré con mi sueño una fría paloma de marfil que lleve camelias de escarcha sobre el camposanto. Pero no; camposanto, no, camposanto, no; lecho de tierra, cama que los cobija y que los mece por el cielo. (Entra una mujer de negro que se dirige a la derecha y allí se arrodilla. A la vecina.) Quítate las manos de la cara. Hemos de pasar días terribles. No quiero ver a nadie. La tierra y yo. Mi llanto y yo. Y estas cuatro paredes. ¡Ay! ¡Ay! (Se sienta transida.)

Vecina: Ten caridad de tí misma.

Madre: (Echándose el pelo hacia atrás) He de estar serena. (Se sienta.) Porque vendrán las vecinas y no quiero que me vean tan pobre. ¡Tan pobre! Una mujer que no tiene un hijo siquiera que poderse llevar a los labios.

(Aparece la novia. Viene sin azahar y con un manto negro.)

Vecina: (Viendo a la novia, con rabia) ¿Dónde vas?

Novia: Aquí vengo.

Madre: (A la vecina) ¿Quién es?

Vecina: ¿No la reconoces?

Madre: Por eso pregunto quién es. Porque tengo que no reconocerla, para no clavarla mis dientes en el cuello. ¡Víbora! (Se dirige hacia la novia con ademán fulminante; se detiene. A la vecina.) ¿La ves? Está ahí, y está llorando, y yo quieta, sin arrancarle los ojos. No me entiendo. ¿Será que yo no quería a mi hijo? Pero, ¿y su honra? ¿Dónde está su honra? (Golpea a la novia. Ésta cae al suelo.)

Vecina: ¡Por Dios! (Trata de separarlas.)

Novia: (A la vecina) Déjala; he venido para que me mate y que me lleven con ellos. (A la madre.) Pero no con las manos; con garfios de alambre, con una hoz, y con fuerza, hasta que se rompa en mis huesos. ¡Déjala! Que quiero que sepa que yo soy limpia, que estaré loca, pero que me puedan enterrar sin que ningún hombre se haya mirado en la blancura de mis pechos.

Madre: Calla, calla; ¿qué me importa eso a mí?

Novia: ¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia) Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío, y el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no quería, ¡óyelo bien!. Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos!

(Entra una vecina.)

TEXTO 3: FRAGMENTO DE GANAS DE REÑIR DE LOS HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO.




UNA VEZ QUE HEMOS LEÍDO Y REPRESENTADO LOS TEXTOS, REALIZAREMOS LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:

1- Escribe un ejemplo de acotación de cada uno de los textos y explica qué información da en cada caso.
2- Extrae ejemplos del texto 1 que justifiquen que se trata de un drama.
3- Extrae ejemplos del texto 2 que justifiquen que se trata de una tragedia.
4- Extrae ejemplos del texto 3 que justifiquen que se trata de una comedia.


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